San José de Bethencourt (festividad 24 de Abril)
Sello emitido por España en 1967.
Nacido en Vilaflor de Chasna, Tenerife, Imperio Español, 21 de marzo de 1626. Fallecido en Santiago de los Caballeros, Capitanía General de Guatemala, Imperio Español, 25 de abril de 1667.
Popularmente conocido como el hermano Pedro o santo hermano Pedro, fue un religioso terciario franciscano y misionero español, fundador de la Orden de los Betlemitas.
Fue el fundador del primer hospital de convalecientes y de la primera escuela popular para niños y adultos en la que, en el marco de la América hispana del siglo XVII, no se hacía acepción de personas por su raza o sexo, podían asistir por igual niños y niñas, blancos, indígenas, negros y mestizos.
Además fue el iniciador de un movimiento de hospitalidad para forasteros, sacerdotes y estudiantes.
Se lo describió como una persona dotada de observación, con gran facilidad para comunicarse con todo tipo de personas, disciplinado consigo mismo y compasivo con los demás. Utilizó métodos eficaces y en cierto grado innovadores en la enseñanza como, premios, refuerzos, coplillas, cantos, en tanto que introdujo el concepto de convalecencia en el campo de la sanidad.
Fue beatificado en 1980 en la Basílica de San Pedro del Vaticano y canonizado en la Ciudad de Guatemala por el papa Juan Pablo II en 2002. Es el primer santo nativo de las Islas Canarias. También se lo considera como el primer santo de Guatemala y de Centroamérica. Debido a su labor misionera y pastoral es popularmente conocido como el San Francisco de Asís de las Américas. También es considerado el evangelizador de Guatemala.
Es considerado uno de los personajes históricos más importantes de la Historia de Canarias, siendo también una figura clave en la Historia de Guatemala. Realizó una gran labor social comparable siglos después a la realizada por la Madre Teresa en Calcuta, atendiendo a los más desamparados y necesitados.
El hermano Pedro es popularmente aclamado como Compatrono de facto de Canarias y Guatemala.
El origen de la familia se remonta a Don Jean IV de Bethencourt, quién dio inicio a la conquista de las Islas Canarias en 1401.
Era un niño modesto, callado, tal vez un poco retraído, pero de constitución fuerte por sus trabajos en el campo. Desde muy pequeño tuvo predilección por las cosas de Dios, orando todo el tiempo, incluso cuando estaba en el campo cuidando del rebaño de cabras de su padre.
La familia no poseía dinero, eran de abolengo pero de pocos recursos. Su padre tenía tierras y cabras, que perdió en manos de un usurero, habiendo aceptado que Pedro, entonces de 12 años, entrara al servicio de tal persona como condición para recuperarlas. Varios años estuvo Pedro en esta condición, que desempeñó con toda humildad y fidelidad.
A los 23 años abandonó su tierra natal, se embarcó hacia América saliendo desde el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Llegó a La Habana en Cuba donde estuvo acogido por más de un año en la casa de un clérigo natural de Tenerife. Al año siguiente, embarcó hacia Honduras, y de ahí se trasladó a Guatemala.
Apenas desembarcar en Guatemala sufrió una grave enfermedad. Durante la misma tuvo la primera oportunidad de estar con los más pobres y desheredados. Tras su recuperación inició estudios eclesiásticos en el Colegio de San Lucas de la Compañía de Jesús pero, una vez adquirida una formación básica, acabó profesando como terciario franciscano en el Convento de San Francisco en la Antigua Guatemala.
Fundó centros de acogida para pobres, indígenas y vagabundos. Otros terciarios lo imitaron, y fundó la Orden de los Hermanos de Nuestra Señora de Bethlehem en 1656, con el fin de servir a los pobres. El santo hermano Pedro escribió algunas obras, entre ellas, Instrucción al hermano De la Cruz, Corona de la Pasión de Jesucristo nuestro bien o Reglas de la Confraternidad de los Betlemitas.
El hermano Pedro es considerado el gran evangelizador de las Indias Occidentales, del mismo modo que san Francisco Javier lo es de las Indias Orientales. El santo atendió a pobres, enfermos, huérfanos y moribundos, y fue un precursor de los Derechos Humanos. Asimismo, este santo tinerfeño es uno de los principales introductores del Belén, en las nuevas tierras americanas descubiertas por los españoles. Por otro lado, fue el primer alfabetizador de América y la Orden de los Betlemitas, a su vez fue la primera orden religiosa nacida en el continente americano.
El Hermano Pedro fue un hombre adelantado a su tiempo, tanto en sus métodos para enseñar a leer y escribir a los analfabetos como en el trato dado a los enfermos, fundó el primer Hospital de convalecientes en América.
Entre otras facetas de su vida, es destacable su defensa de la Inmaculada Concepción dos siglos antes de la declaración de dicho dogma, su devoción por las ánimas del Purgatorio y sus penitencias.
Uno de sus mayores deseos fue el volver a su tierra y hacer una peregrinación al Santuario de la Virgen de Candelaria por la que sentía una gran devoción desde su infancia y que de hecho es la patrona de las Islas Canarias. Sin embargo, el hermano Pedro no vería cumplido su deseo debido a su muerte repentina.
Muerte y Proceso de Canonización
Iglesia de San Francisco en La Antigua Guatemala.
Murió el 25 de abril de 1667, apenas a los 41 años de edad. Sus restos se encuentran en la Iglesia de San Francisco en la Antigua Guatemala. El 2 de mayo de ese año llega a Guatemala la Real Cédula, que doña Mariana de Austria, reina gobernadora, regente de Don Carlos II, había expedido el 10 de noviembre de 1666 otorgando la autorización para la fundación del Hospital de Belén.
El proceso para la canonización del santo hermano Pedro llevó aproximadamente 350 años. El proceso se inicia formalmente en 1698, aunque se venía recopilando información sobre la vida, muerte y virtudes del hermano Pedro desde un año después de su muerte.
El papa Clemente XIV lo declaró Venerable, el 25 de julio de 1771.
Sin embargo, la supresión de la rama masculina de la Orden Betlemita, en 1820, la falta de dinero y la ausencia de milagros testificados por médicos y testigos presenciales hicieron que la causa se detuviera por mucho tiempo, siendo reactivada completamente en la década de los años 60 del siglo pasado.
En 1974, se presenta al papa Pablo VI la solicitud para que beatificara a cinco venerables, entre ellos al hermano Pedro. Cuatro años más tarde, Juan Pablo I se declaró de acuerdo con la causa. Igualmente Juan Pablo II declaró favorable las disposiciones de sus predecesores y, el 22 de junio de 1980, beatificó al hermano Pedro, en procedimiento extraordinario celebrado en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
La proclamación del hermano Pedro como santo fue sustentada por la milagrosa curación de un niño que precisamente era oriundo de Vilaflor en Tenerife. Este niño tenía un linfoma intestinal, una monja betlemita italiana le llevó una reliquia del beato y se la pasó por el vientre, al poco tiempo el niño sanó milagrosamente.
Debido a este hecho, entre 1988 y 1996, se instruyó en la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna el proceso sobre el milagro para solicitar la canonización del entonces beato hermano Pedro.
Finalmente, el papa Juan Pablo II canoniza al hermano Pedro el 30 de julio de 2002 en la Ciudad de Guatemala, durante su tercera visita al país centroamericano.
De esta manera el hermano Pedro se convirtió en el primer santo nativo de las Islas Canarias, y considerado también como el primer santo de Guatemala y el primer santo de Centroamérica.