San Pedro, apóstol (Festividad 29 de Junio)
La solemnidad conjunta de San Pedro y Pablo es la conmemoración del martirio en Roma de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso, celebrada el 29 de junio. Es una de las mayores celebraciones religiosas para los cristianos católicos y ortodoxos
La fecha bien es el aniversario de sus muertes o del traslado de sus reliquias.
En el Santoral católico, es celebrado como solemnidad.
En las últimas décadas, esta fiesta ha sido de importancia para el moderno movimiento ecuménico. Este es especialmente el caso durante el pontificado de Juan Pablo II, tal como se refleja en su encíclica, Ut Unum Sint del 25 de mayo de 1995.
Simón Pedro.
Sello de 1961 reproducido de un lienzo del pintor El Greco.
Sello de 1963 reproducido de un lienzo del pintor Ribera.
San Pedro, nacido a finales del siglo I a. C. – Fallecido en Roma, 29 de junio del 67, conocido también como Simón Pedro, fue según consta en el Nuevo Testamento, un pescador, conocido por ser uno de los doce apóstoles, discípulos de Jesús de Nazaret.
La Iglesia católica romana lo identifica a través de la sucesión apostólica como el primer papa de la Iglesia, basándose, entre otros argumentos, en las palabras que le dirigió Jesús. “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”.
Se conocen algunos rasgos de la vida de san Pedro por los datos que de él recoge el Nuevo Testamento, más algunos documentos de Clemente de Alejandría y Clemente Romano, este último fue obispo de Roma a finales del siglo I, y con bastante probabilidad le conoció en persona.
De acuerdo con la narración evangélica, Pedro era un pescador de Galilea.
Ejercía el oficio de pescador junto a su hermano Andrés, ambos poseían una barca.
Casi todas las tradiciones e informaciones que se tienen de él son a partir de la llamada de Jesús, muy poca información se conserva de su vida anterior.
Simón era casado y según Clemente de Alejandría tenía hijos. Otros escritos, parte del corpus declarado apócrifo en Nicea, mencionan que había tenido, exactamente, una hija. También gracias al autor Clemente de Alejandría existe la información de que la esposa de Pedro sufrió el martirio. Así pues, estás son las pocas referencias que se tienen de Simón Pedro antes de que conociera a Jesús de Nazaret.
Jesús le llamó.
Pedro fue incorporado como discípulo al principio del ministerio de Jesús. Los evangelistas sinópticos, Marcos, Mateo y Lucas, describen su entrada de manera diferente a como lo hace Juan. Las diferencias entre ambos quedan reflejadas.
Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice, venid conmigo, y os haré pescadores de hombres. Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Mateo 4:18-20.
Encontró primero a su hermano Simón y le dijo. Hemos encontrado al Mesías. Y se lo presentó a Jesús. Jesús miró fijamente a Simón y le dijo, tú eres Simón, hijo de Jonás, pero te llamarás Kefas, quiere decir piedra. Juan 1:41-42.
Según el testimonio de Juan (Juan 1:40-42), fue su hermano Andrés quien lo introdujo al grupo, tras encontrarse ambos entre los seguidores de Juan el Bautista.
Confesor de Jesucristo.
Simón podría decirse que fue el que negó a Jesús, su discípulo más allegado, y esto, se nota en los evangelios. Existen muchos pasajes donde vemos a Simón muy cerca de Jesús.
Fue uno de los tres discípulos íntimos que, según la Biblia, fueron testigos de la transfiguración de Jesús (Marcos 9:1).
Según el relato bíblico fue el primero en reconocer a Jesús como el Mesías esperado. Y él les preguntaba. “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” Pedro le contestó. “Tú eres el Cristo”» (Marcos 8:29).
Los evangelios recogen también la profecía de Jesús anunciando la traición de Pedro quien lo negaría tres veces consecutivas por miedo a ser reconocido como seguidor de Jesús. Aun cuando la noche de la última cena, Pedro juró no apartarse de Jesús, al ser interrogado por los soldados romanos que lo habían detenido, negó tres veces conocerlo antes del canto del gallo, es decir, antes de que la noche acabase, cumpliéndose así la profecía del Mesías.
En esta tarea encomendada por Jesús a Pedro de fortalecer y servir de apoyo a sus hermanos después de la muerte, ha visto la Iglesia católica otro fundamento para sostener el primado de Pedro sobre los demás apóstoles.
Tras la resurrección, según lo relata Juan 21:15-17, Jesús resucitado se aparece ante los discípulos y dirigiéndose a Pedro le hace reafirmar tres veces su amor por Él, encargándole la tarea de ser pastor de sus ovejas y apacentar sus corderos. En este episodio también se basa la Iglesia católica para sustentar su creencia de que san Pedro fue el primer Papa.
Después de la muerte de Jesucristo.
Tras la muerte de Jesús, la figura de Pedro es menos precisa. Si bien, varios de los evangelios dejan entrever que había tenido un vínculo especial con Jesús.
Es el primer apóstol que supuestamente obra un milagro público tras invocar el nombre de Jesús, los cristianos afirman que cura milagrosamente a un hombre a las puertas del templo de Jerusalén, Hechos 3:1-10. En otra oportunidad, la Biblia afirma que resucita a una mujer, Hechos 9:36-43.
Tiene una intervención destacada en el Concilio de Jerusalén, cuando Pablo sostiene que el mensaje de Jesús debe extenderse también a los gentiles, pueblo no judío.
En todos estos ejemplos, en los que la figura de Simón Pedro se destaca por encima del resto de los apóstoles, ha visto la Iglesia católica una confirmación de la enseñanza de que él ejercía el primado sobre ellos. La prédica de Pedro, sin embargo, estuvo por lo general en los primeros años limitada al pueblo judío a diferencia de Pablo, que predicaba a los gentiles, personas no judías, aunque fue el quien bautizó al primer cristiano no judío, en Cesárea, a un Centurión llamado Cornelio y a su familia, Hechos 10:1-33. Más tarde, según la tradición católica, se trasladaría a Roma, mientras Pablo se quedaba en Jerusalén
Allí habría participado en grupos de cristianos ya establecidos en Roma, sin embargo no hay evidencia en los relatos evangélicos´, según otras tradiciones como las que mencionan Orígenes o Eusebio de Cesárea en su Historia Eclesiástica, III, 36, Pedro habría sido el que fundó la Iglesia de Antioquía, pero tampoco hay otra evidencia que lo verifique.
Muerte de Pedro.
La tradición católica narra que Pedro acabó sus días en Roma, donde fue obispo, y que allí murió martirizado bajo el mandato de Nerón en el Circo de la colina vaticana, sepultado a poca distancia del lugar de su martirio y que a principios del siglo IV el emperador Constantino I el Grande mandó construir la gran basílica.
Clemente Romano, en su carta a los corintios, data su muerte en la época de las persecuciones de Nerón. El evangelio de Juan sugiere, en su característico estilo alegórico, que Pedro fue crucificado. Juan 21:18-19.
Algunos retrasan la redacción de este Evangelio hasta el siglo II, por lo que consideran su testimonio de menor relevancia. Pedro de Alejandría, que fue obispo de esa ciudad y falleció en torno a 311, escribió un tratado llamado Penitencia, en el que dice. Pedro, el primero de los apóstoles, habiendo sido apresado y arrojado a la prisión y tratado con ignominia, fue finalmente crucificado en Roma. Orígenes en su Comentario al libro del Génesis III, citado por Eusebio de Cesárea, dice que Pedro pidió ser crucificado cabeza abajo por no considerarse digno de morir del mismo modo que Jesús.
Iconografía.
Por ser considerados herederos, los papas de la Iglesia católica romana llevan un anillo con la imagen del santo echando las redes al mar, llamado Anillo del Pescador.
Este es el fundamento de la representación habitual de Pedro en la iconografía como portador de un par de llaves, como suele verse en las imágenes de Pedro el Apóstol como fundador de la sede de Antioquia. Los mismos elementos también están presentes en la heráldica vaticana, por cuanto los papas se consideran los sucesores de Simón Pedro.
Certificado que el Vaticano emitió a 20 euros, el facial de los dos sellos para la reparación de las Columnas de la Plaza de San Pedro.