María Micaela del Santísimo Sacramento (Festividad 15 de Junio)
Sello emitido por España en 1952.
Biografía.
María de la Soledad Micaela Agustina Antonia Bibiana, nacida en Madrid, 1 de enero de 1809. Fallecida en Valencia, 24 de agosto de 1865, Elevada a los altares como Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, fue una aristócrata y religiosa española, fundadora de la congregación de Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad.
María Micaela siempre estuvo protegida por el administrador de la familia, Cirilo Bahía Calvo. Cirilo fue una persona muy influyente en la vida de la santa, y una de las pocas personas que le apoyó a la hora fundar la Congregación.
Fundadora de las Adoratrices.
Tras una visita al Hospital de San Juan de Dios, se conciencia de la lacra de la prostitución, y en abril de 1845, funda un colegio para redimir a las prostitutas, en una casa en la calle de Dos Amigos de Madrid. El 12 de octubre de 1850, deja los fastos de la corte de Isabel II, para vivir con las alumnas en el colegio.
Tras grandes dificultades, en 1856 el colegio ha crecido y ya tiene con ella a algunas colaboradoras. Ve la necesidad de formar una comunidad que dé estabilidad a la obra y es así como surge la Congregación de Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad.
Micaela se ha convertido ya en la Madre Sacramento y ese mismo año escribe unas constituciones de su congregación que serán aprobadas por la Santa Sede en 1861. Al colegio de Madrid le siguen pronto Zaragoza 1856, Valencia 1858, Barcelona 1861, Burgos 1863, Pinto, filial de Madrid 1864, Santander 1865 y Guadalajara 1915, ésta fundada por su sobrina María.
En agosto de 1865, la Madre Sacramento, al enterarse de que en Valencia estalla una epidemia de cólera, decide viajar en tren a esta ciudad para ayudar a las religiosas y colegialas de su casa. La epidemia acabó con su propia vida el 24 de agosto de ese año.
Apostolado.
La Madre Sacramento dedicó su vida a la fundación de la Congregación de Religiosas Adoratrices y Esclavas de la Caridad, con sus colegios de reeducación, ejerciendo así un notable influjo en la sociedad del siglo XIX.
Pero su radio de acción trasciende los límites del Instituto, actúa también en el campo eclesial y social, unas veces a instancias de la jerarquía eclesiástica y otras, movida por las circunstancias sociales que la rodeaban.
También debemos señalar su apostolado con la Familia Real, particularmente con la reina Isabel II, que le ocupó buena parte de su tiempo en los últimos años de su vida, llamada por el confesor de la reina San Antonio María Claret.
Asimismo, las Escuelas Dominicales de España le deben su existencia.