Santa Teresa de Jesús (Festividad 15 de Octubre)
Teresa de Cepeda y Ahumada, más conocida por el nombre de Santa Teresa de Jesús o simplemente Teresa de Ávila, nacida en Ávila, 28 de marzo de 1515. Fallecida en Alba de Tormes, 4 de octubre de 1582. Religiosa, doctora de la Iglesia Católica, mística y escritora española, fundadora de las carmelitas descalzas, rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, carmelitas.
Biografía.
Según una tradición oral, su hermano Pedro Alonso Sánchez de Cepeda y Ahumada en 1562 llegó a lo que hoy día es Nicaragua, al puerto de El Realejo y de allí a El Viejo, actual departamento de Chinandega, con la imagen de la Virgen María en su advocación de la Inmaculada Concepción, para luego viajar a Perú. Los nativos se opusieron a que se llevara la imagen y ésta permanece hasta hoy en la Basílica Menor de El Viejo.
Según relata la propia Teresa en los escritos destinados a su confesor y reunidos en el libro Vida de Santa Teresa de Jesús, desde sus primeros años mostró Teresa una imaginación vehemente y apasionada. Su padre, aficionado a la lectura, tenía algunos romanceros, esta lectura y las prácticas piadosas comenzaron a despertar el corazón y la inteligencia de la pequeña Teresa con seis o siete años de edad.
Teresa escribe.
En una huerta que había en casa, procurábamos como podíamos, hacer ermitas, poniendo unas piedrecitas, que luego se nos caían, y así no hallábamos remedio en nada para nuestro deseo, hacía limosna como podía, y podía poco. Procuraba soledad para rezar mis devociones, que eran hartas, en especial el rosario, gustaba mucho cuando jugaba con otras niñas, hacer monasterios como que éramos monjas.
Luchando consigo misma, llegó a decir a su padre que deseaba ser monja, pues creía ella, dado su carácter, que el haberlo dicho bastaría para no volverse atrás. Su padre contestó que no lo consentiría mientras él viviera. Sin embargo, Teresa dejó la casa paterna, y entró el 2 de noviembre de 1533 en el convento de la Encarnación, en Ávila, y allí profesó el día 3 de noviembre de 1534.
Tras entrar al convento su estado de salud empeoró. Padeció desmayos, una cardiopatía no definida y otras molestias. Así pasó el primer año. Para curarla, la llevó su padre en el año 1535 a Castellanos de la Cañada, con su hermana. En dicha aldea permaneció Teresa hasta la primavera de 1536. En Castellanos de la Cañada habría logrado la conversión de un clérigo concubinario. De vuelta en Ávila, el Domingo de Ramos de 1537, sufrió un paroxismo de cuatro días en casa de su padre, quedando paralítica por más de dos años. Antes y después del parasismo, sus padecimientos físicos fueron horribles.
Favores espirituales.
A mediados de 1539 Teresa recuperó la salud; la tradición lo atribuyó en su día a la intercesión de San José. Con la salud Teresa recuperó las aficiones mundanas, fáciles de satisfacer, puesto que la clausura sólo se impuso como obligación a todas las religiosas a partir de 1563. En esa época Teresa vivió nuevamente en el convento, donde recibía frecuentes visitas.
Afligida un tiempo después, abandonó la oración en 1541. Según su testimonio se le apareció Jesucristo en 1542 en el locutorio con semblante airado, reprendiéndole su trato familiar con seglares. No obstante, la monja permaneció en él durante muchos años, hasta que se movió a dejar el trato de seglares en 1555 a la vista de una imagen de Jesús crucificado.
El padre de Teresa falleció en 1541. El sacerdote que lo había asistido en sus últimos momentos, el dominico Vicente Barón, se encargó de dirigir la conciencia de Teresa rememorando las últimas palabras del padre de ésta. Posteriormente, impresionada por estas palabras, Teresa enmendó su conducta y estuvo dispuesta a corregir sus faltas. Al cabo, Teresa se confortó con la lectura de las Confesiones, de San Agustín
Teresa quería fundar en Ávila un monasterio para la estricta observancia de la regla de su orden, que comprendía la obligación de la pobreza, de la soledad y del silencio. Por mandato de su confesor, el dominico Pedro Ibáñez, escribió su vida en 1561, trabajo que terminó hacia junio de 1562, añadió, por orden de fray García de Toledo, la fundación de San José, y por consejo de Soto volvió a escribir su vida en 1566.
Comienzo de las Fundaciones en España.
A fines de 1561 recibió Teresa cierta cantidad de dinero que le remitió desde el Perú uno de sus hermanos, y con ella se ayudó para continuar la proyectada fundación del Convento de San José. Para la misma obra contó con el concurso de su hermana Juana, a cuyo hijo Gonzalo se dice que resucitó la Santa.
Descontenta con la relajación de las normas que en 1432 habían sido mitigadas por Eugenio IV, Teresa decidió reformar la orden para volver a la austeridad, la pobreza y la clausura que consideraba el auténtico espíritu carmelitano. Pidió consejo a Francisco de Borja y a Pedro de Alcántara que aprobaron su espíritu y su doctrina.
Después de dos años de luchas llegó a sus manos la bula de Pío IV para la construcción del convento de San José, en Ávila, ciudad a la que había regresado Teresa.
Se abrió el monasterio de San José el 24 de agosto de 1562, tomaron el hábito cuatro novicias en la nueva Orden de las Carmelitas Descalzas de San José, hubo alborotos en Ávila, se obligó a la Santa a regresar al convento de la Encarnación, y, calmados los ánimos, vivió Teresa cuatro años en el convento de San José con gran austeridad. Las religiosas adictas a la reforma de Teresa, dormían sobre un jergón de paja, llevaban sandalias de cuero o madera, consagraban ocho meses del año a los rigores del ayuno y se abstenían por completo de comer carne. Teresa no quiso para ella ninguna distinción, antes bien siguió confundida con las demás religiosas no pocos años.
La reforma propugnada por Teresa junto a San Juan de la Cruz, que, como se verá, comprendió también a los hombres, se llamó de los Carmelitas Descalzos, y progresó rápidamente, no obstante los escasos recursos de que disponía la santa. El padre Rossi, general del Carmen, visitó en 1567 el convento de San José, lo aprobó, y dio permiso a Teresa para fundar otros de mujeres y dos de hombres.
La santa, en aquel año, marchó a Medina del Campo para posesionarse de otro convento, estuvo en Madrid, y en Alcalá de Henares arregló el convento de descalzas fundado por su amiga María de Jesús. Por entonces se empezó a tratar de la reforma para hombres. En 1562 llegó a Malagón y fundó otro monasterio de la reforma. El monasterio fue bendecido en su inauguración el día de Ramos 11 de abril de 1568.
Como anécdota y dato curioso cabe decir que en la celda del monasterio que ocupó Santa Teresa hay una imagen suya sentada escribiendo en una pequeña mesa y que sólo se expone una vez cada 100 años en esa iglesia. Actualmente, en el monasterio viven carmelitas de clausura.
Se afirma que vio Teresa milagrosamente el martirio del Padre Acevedo y otros 40 Jesuitas asesinados en (1570 por el pirata protestante Jacobo Soria.
Tras una visita a Pastrana, de donde regresó a Toledo, entró en Ávila en agosto.
Poco después se fundaba en Alcalá el tercer convento de descalzos, y en Salamanca, ciudad en que estuvo la santa, el séptimo de descalzas, al que siguió otro de mujeres en Alba de Tormes, 25 de enero de 1571.
De Alba volvió Teresa a Salamanca, siendo hospedada en el palacio de los condes de Monterrey, pasó a Medina, y de vuelta en Ávila, aceptó el priorato del convento de la Encarnación, cuya reforma consiguió. El priorato duró tres años. Se fundaron varios conventos más de descalzos, algunos en Andalucía abrazaron la reforma, y comenzó la discordia entre calzados y descalzos, todo ello en 1572, año en que Teresa recibió muchos favores espirituales en el convento de la Encarnación, tales fueron su desposorio místico con Jesucristo y un éxtasis en el locutorio cuando conversaba con San Juan de la Cruz. Teresa, que en el transcurso de su vida escribió muchas cartas, estuvo en Salamanca en 1573. Allí, obedeciendo a su director, redactó el libro de sus fundaciones.
Para perpetuar la memoria de una misteriosa herida, el Papa Benedicto XIII, a petición de los Carmelitas de España e Italia, estableció en 1726 la fiesta de la transverberación del corazón de Santa Teresa.
Hasta exhalar el último suspiro Teresa gozó la dicha de conversar con las personas divinas, que la consolaban o revelaban ciertos secretos del cielo, la de ser transportada al infierno o al purgatorio, y aun la de presentir lo venidero.
Reforma Carmelitana y tribulaciones.
Vivió después en Alba (1574), de la que, a pesar de hallarse enferma y muy atribulada, pasó por Medina del Campo y Ávila a Segovia. En esta ciudad fundó otro convento, al que pasaron las religiosas del monasterio de Pastrana que fue abandonado debido al intento de doña Ana de Mendoza de la Cerda, la princesa de Éboli, de convertirse en religiosa bajo el nombre de sor Ana de la Madre de Dios, siguiendo un estilo de vida desapegado a la norma de la orden.
Sufrió también grandes contradicciones en Sevilla, aunque logró fundar en ella el undécimo convento de descalzas.
En Sevilla estaba Teresa al fundarse en Caravaca el 1 de enero de 1576 el duodécimo convento de descalzas. Delatada a la Inquisición por una religiosa salida del convento, eligió para su residencia el convento de Toledo. Dejó Sevilla el 4 de junio con destino Toledo donde llegó ba a principios de julio. Antes de establecerse, marchó al convento de Ávila para arreglar varios asuntos, pero regresó rápidamente a Toledo en compañía de Ana de San Bartolomé, a la que había tomado por secretaria. Allí concluyó el libro de Las fundaciones, las cuales se suspendieron en los cuatro años que duraron las persecuciones y conflictos entre calzados y descalzos. Eligió en Toledo por confesor a Velázquez.
Las monjas de la Encarnación, en Ávila, la eligieron priora, a pesar de las censuras del padre Valdemoro en octubre de 1577).
La santa escribió de julio a noviembre el libro de Las moradas. Sostuvo luego en 1578 una polémica con el padre Suárez, provincial de los Jesuitas, y el nuncio redobló sus persecuciones hasta el punto de pretender destruir la reforma, desterrando a los principales descalzos y confinando en Toledo a Teresa, por él calificada de fémina inquieta y andariega.
En Sevilla un confesor delató a la Inquisición las supuestas faltas de la priora de las descalzas y de Teresa misma, sobre lo cual se formó un ruidoso expediente que puso en claro la inocencia de ambas.
Aquel año de 1578 la santa lo pasó en Ávila, y fue el más triste para Teresa, pues en una de sus cartas decía que le hacían guerra todos los demonios. Por entonces se hizo otra denuncia del Libro de su Vida. Desde principios de 1579 comenzó a calmarse la tempestad contra Teresa y su reforma.
La santa escribió en Ávila el 6 de junio los cuatro avisos que dijo haber recibido del mismo Dios para aumento y conservación de su orden, los cuales publicó Fray Luis de León al fin del libro de la Vida.
De Ávila salió el 25 de junio para visitar sus conventos. Sucesivamente estuvo en Medina del Campo, Valladolid, otra vez en Medina, en Alba de Tormes y Salamanca. De regreso en Ávila en noviembre, salió para Malagón, a pesar de estar enferma, y llegó a dicho pueblo el día 19 pasando por Toledo. En Villanueva de la Jara asistió a la fundación, 25 de febrero de 1580 del decimotercer convento de descalzas. Regresó a Toledo, a pesar del mal estado de su salud y de los dolores de un brazo que se había roto en 1577 resultado de una caída.
En Toledo tuvo una parálisis y fallas cardíacas, que la pusieron a las puertas de la muerte. De allí pasó a Segovia y volvió a la ciudad de Ávila. Por aquellos días Gregorio XIII expidió las bulas el 22 de junio para la formación de provincia aparte para los descalzos.
Teresa visitó Medina y Valladolid, donde cayó gravemente enferma. En Palencia fundó otro convento, al que siguieron dos de descalzos, uno en Valladolid y otro en Salamanca, ambos fundados en 1581.
Últimas fundaciones y muerte.
Supo que en Granada se había fundado el decimosexto convento de carmelitas, y uno de descalzos en Lisboa. El decimoséptimo de descalzas lo fundó ella en Burgos, donde escribió sus últimas fundaciones, incluyendo la de dicha ciudad. Saliendo de Burgos pasó por Palencia, Valladolid, cuya priora la echó del convento, Medina del Campo, cuya priora también la despreció, y Peñaranda.
Al llegar a Alba de Tormes el 20 de septiembre su estado empeoró. Recibido el viático y confesada, murió en brazos de Ana de San Bartolomé la noche del 4 de octubre de 1582, día en que el calendario juliano fue sustituido por el calendario gregoriano en España, por lo que ese día pasó a ser viernes, 15 de octubre.
Su cuerpo fue enterrado en el convento de la Anunciación de esta localidad, con grandes precauciones para evitar un robo. Exhumado el 25 de noviembre de 1585, quedó allí un brazo y se llevó el resto del cuerpo a Ávila, donde se colocó en la sala capitular, pero el cadáver, por mandato del Papa, fue devuelto al pueblo de Alba, habiéndose hallado incorrupto, 1586.
Se elevó su sepulcro en 1598, se colocó su cuerpo en la capilla Nueva en 1616, y en 1670, todavía incorrupto, en una caja de plata. Beatificada Teresa en 1614 por Paulo V, e incluida entre las santas por Gregorio XV el 12 de marzo de 1622, fue designada en 1627 para patrona de España por Urbano VIII.
En 1626 las Cortes de Castilla la nombraron copatrona de los Reinos de España, pero los partidarios de Santiago Apóstol lograron revocar el acuerdo. Fue nombrada Doctora honoris causa por la Universidad de Salamanca y posteriormente fue designada patrona de los escritores.
En 1970 se convirtió junto con Santa Catalina de Siena en la primera mujer elevada por la Iglesia Católica a la condición de Doctora de la Iglesia, bajo el pontificado de Pablo VI. La Iglesia Católica celebra su fiesta el 15 de octubre.
Éxtasis o arrobamiento.
Se pierde el contacto con el mundo por los sentimientos. <Acá no hay sentir, sino gozar sin entender lo que se goza>, se pierde incluso la sensación de estar en el cuerpo y cualquier posible control sobre lo que nos acontece.
Descripciones de levitación.
En el libro Camino de Perfección, también llamado el Castillo Interior o Las Moradas, detalla las etapas de la oración en 7 pasos. Describiendo el alma como un castillo de cristal o diamante al que se entra por medio de la oración y en el que se van recorriendo diversas moradas.
Teresa insiste en perseverar en la oración con humildad frente a Dios sin exigir o buscar experiencias sobrenaturales. <Importa mucho entender que no a todos lleva Dios por un camino, y, por ventura, el que le pareciere va por muy más bajo está más alto>. Camino de Perfección 27,2.
O dicho de otra forma <El verdadero humilde ha de ir contento por el camino que le llevare el Señor>. Camino de Perfección 15, 2.
En el año 2015 España emitió sellos con la tarifa A conmemorando el 5º aniversario de su nacimiento 1515 – 2015. He subido un sello que emitió la República Dominicana para ver si captáis un fallo, no todos los países diseñan como lo hace el mejor del mundo y de Europa. A España le ha faltado poner las fechas que yo he puesto, un sello debe llevar todo.
Actualización efectuada el día 14 de Octubre de 2018.